De cómo un soldado del Tercio viejo de Holanda hallo un cuadro de la purísima Concepción el día 7 de diciembre de 1585.
Fue un soldado del Tercio; cuando era de oficio de Españoles ver la muerte como un servicio más de honor y de suerte, amiga del bravo y compañera.
Cavaba para tumba la trinchera más que para salvarse. Tierra inerte hecha para descanso del más fuerte siempre juntas la muerte y la bandera.
Encontró el cuadro; lo saco del suelo, se arrodillaron todos bajo el cielo de la noche de Holanda. Oscura y fría.
Y no hubo novedad. De madrugada helo, y sobre el agua helada desfilo una vez mas la Infantería.